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Un cuadro gripal, se trata de un estado vinculado con un virus que causa fiebre, escalofríos, dolores de cabeza, dolores musculares, estornudos, problemas respiratorios, etc.
Las Causas emocionales de la gripe
La gripe que afecta a nuestro cuerpo más violentamente que un resfriado común, puede obligarnos a guardar cama durante cierto período de tiempo. Al ser la gripe una enfermedad infecciosa y que ésta se relaciona con la ira… podemos preguntarnos ¿contra quién o quienes hemos tomado tirria u ojeriza, expresión que significa: contra quién estoy yo enfadado?
Estos síntomas que se manifiestan muy particularmente nos indican lo que vivimos actualmente: la fiebre está vinculada a la ira, los estornudos con la crítica, quizás al hecho de querer sacarse a alguien de encima o una situación, etc.
Frecuentemente se trata de una situación conflictual en el plano familiar: «se dijo algo o se vivió una situación que -no puedo tragar- porque algunas normas o límites estuvieron transgredidos. Hubo quizás una pelea en la cual tuve la sensación que mi espacio vital estaba violentado o que corría el riesgo de perder algo o a alguien que me pertenecía…»
Muchos casos de gripe se pueden atribuir a creencias arraigadas en la sociedad y a el miedo también, como por ejemplo: “Hizo tanto frío hoy, que estoy seguro que voy a pillar la gripe!”… ¿Necesito reposo?… ¿Me obligo a guardar cama para no enfrentarme a mis responsabilidades en el trabajo o la familia, etc.?
La gripe también puede nacer después de una situación en la cual vivimos una gran decepción, un gran disgusto o frustración que nos lleva a querer dejar de sentir lo que sucede alrededor de nosotros mismos (nariz congestionada) y que conlleva también a tener una respiración más difícil. Muchas veces quizás tengo interés en expresar mis emociones y dejar correr mis lágrimas para descongestionar todo mi cuerpo y que se restablezca la armonía.
A continuación veremos algunos de los síntomas más a detalle.
ESTORNUDOS
El estornudo está causado por la excitación o el cosquilleo de las paredes interiores de las ventanas de la nariz, lo cual provoca la expulsión brusca y simultánea de aire por la nariz y por la boca. Estornudar significa que algo o alguien me molesta. Miro lo que estoy haciendo y quién está conmigo. ¿Qué es lo que me indispone, la situación o la persona? ¿Estoy criticando a alguien o criticándome a mí mismo? Inconscientemente, siento la necesidad de salirme de cierta situación, apartarme de una persona. ¿Qué es lo que quiero expulsar de mi vida? ¿De quién o de qué quiero yo deshacerme? SOLUCIÓN: Identifico la causa y acepto tomar el lugar que me corresponde y actuar de modo a restablecer la armonía, bien explicándome con la persona referida o rectificando la situación.
FIEBRE
Cuando la temperatura de mi cuerpo se eleva a más de 37°C, tengo fiebre. La fiebre es sintomática de emociones que me queman. Estas emociones se transforman en ira contra mí y los demás, o contra un suceso. Invade mi cuerpo entero. ¿Por qué necesito yo ir hasta este extremo? Es mi modo de querer compensar mi falta de reposo y recibir más amor y atención? ¿Necesito este tiempo de paro para ajustarme a una realidad que cambia muy rápidamente?
Generalmente, se trata de “una emoción quemadora” que surge o bien de la vida que se vuelve “demasiado caliente” para tratar y que toma la forma de una ira intensa o de una indignación o de una decepción o de ciertas inquietudes. Si soy un niño, la fiebre repentina puede relacionarse con conflictos interiores, rabia, o una herida reprimida. Yo, como niño, no tengo la capacidad de comprender mentalmente mis emociones, las expreso pues por medio de mi cuerpo. Sea lo que sea, debo identificar la causa de esta fiebre y encuentro una acumulación de irritación y de ira, que brota a menudo cuando consecuencia de desgracias pasadas. SOLUCIÓN: Tomo consciencia de mis necesidades y acepto aprender a comunicarme mejor para expresar lo que siento. De ahora en adelante, ya no acumulo: sé que la solución es el diálogo.
RESPIRACIÓN
Mis dificultades en el plano respiratorio denotan un conflicto entre el lugar que ocupo en la vida y el que me gustaría ocupar. Esto puede ser también un conflicto entre mis deseos materiales y espirituales o quizás de un conflicto entre mi deseo de vivir y el de “dejarlo todo”. Puedo sentirme ahogado por las cosas que me obligo a hacer o por las personas que me siento obligado a encontrar. Además si mis dificultades respiratorias son cíclicas, debo preguntarme cuál es el acontecimiento o cuál es la persona que activa éstos síntomas; ¿qué es lo que “me corta el aliento” a menos que desee “que me dejen respirar”?
Puedo volverme tan exasperado que mis problemas respiratorios podrán volverse, en frecuencia inconscientemente, un modo de manipular mi entorno para tener lo que deseo. Puedo sentirme limitado. Así tendré dificultad en respirar si dudo en dar, compartir cosas o sentimientos. Tengo miedo de tomar, absorber o fusionar en mí, nuevas cosas o quizás la misma vida con todas las alegrías que puede traer.
SOLUCIÓN: Debo aprender a dejar ir las resistencias, aprender a dejar fluir y a abandonarme haciendo confianza a la vida. Entonces estaré más en condiciones de hallar el lugar que tengo en el Universo.
Fuente: El Gran Diccionario de las dolencias y enfermedades de Jacques Martel
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