No hay nada mejor para una limpieza, que la energía del océano
El agua salada es una de las mejores formas de ayudar a limpiar y curar el cuerpo. Y para los que le tengas miedo al mar, no es necesario estar completamente sumergidos, simplemente pararte en la orilla funciona igual de bien. Estar descalzo en contacto con la tierra es muy básico, especialmente si te has sentido separado(a) de tu cuerpo físico. Cavar los pies en la arena húmeda te conecta de nuevo con la madre naturaleza y la vibración de la tierra.
Esto es lo que te sugerimos hacer:
Establecer una intención: antes de conectarte con el océano, decide qué es lo que te gustaría lograr con el ritual. Podría ser para limpiar cualquier energía / emoción densa que ya no sirve o liberar situaciones pasadas que te están reteniendo o simplemente para sentirte enraizado y en uno.
Di una afirmación: una vez que hayas establecido tu intención, ponla en afirmación. Por ejemplo, «Gracias a la divina Madre Tierra y al océano limpiador por lavar y curar cualquier vieja energía rancia de mi ser que ya no me sirve». Di tu afirmación en voz alta o en tu mente mientras te adentras en el mar. Repite tu afirmación tantas veces como desees durante tu ceremonia.
Con las olas del mar
Respira: Toma respiraciones profundas largas y lentas. Puedes inhalar mientras el agua avanza, luego exhala cuando la ola se retira. Visualiza el agua y el aliento llevándose lo que ya no necesitas. Confía en que lo que dejas ir, será enviado a un lugar mejor para ser reciclado por los espíritus de la tierra.
Conécta: este es el momento perfecto para sintonizar con tu alma. Tranquiliza tu mente, desconéctate de la charla y solo «sé». Adéntrate en el espacio de tu corazón, conéctese, haga preguntas y escuche la guía.
Muévete: el movimiento es una excelente manera de ayudar a cambiar la energía estancada. Si tu espacio no es suficiente para nadar, chapotea en el agua con los pies. Camine arriba y abajo de la playa en el borde del agua. O de ida y vuelta jugando a la persecución con las olas.
Tómate tu tiempo: invierta todo el tiempo que necesites durante este proceso. Permite que tu intuición te guíe en este ritual de limpieza. Si te sientes atraído hacia ella, siéntate un rato en una roca. Sabrás cuándo es el momento adecuado para terminar. Para mí es una sensación de ligereza, conexión a tierra y alegría.
Encuentra una buena roca y siéntate un rato con los pies enterrados en la arena
Gratitud: Una vez que tu tiempo sagrado esté llegando a su fin, dé gracias a la Madre Tierra y a todos los seres de luz que te han ayudado en este tu proceso de limpieza. Es posible que desees colocar tus manos en posición de oración o inclinarse en reconocimiento por la curación que has recibido. Un simple «gracias» susurrado también es suficiente.
Namasté.