La batalla silenciosa la están haciendo las plantas
Hace un tiempo vi una noticia donde unos productores de soja estaban preocupados porque la “maleza” estaba haciéndose más resistente al veneno que le propinan. Inmediatamente pensé:
Hace un tiempo vi una noticia donde unos productores de soja estaban preocupados porque la “maleza” estaba haciéndose más resistente al veneno que le propinan. Inmediatamente pensé:
“¡Las plantas están dando batalla!, La vida se defiende a si misma evolucionando, la planta se modifica a si misma para sobrevivir, es la vida pulsando través de ella, la planta que muta es la vida defendiéndose de la muerte.” Los humanos somos tan hijos de la tierra como las plantas. Cada vez que un ser humano asume un papel consciente de defensa de la vida, del agua, de la salud de los suelos, de los árboles y los animales, es la vida en su urgente despertar la que acciona.
Los tiempos se aceleran, la muerte avanza sobre el agua, la tierra y el aire. Es así que el proceso de despertar de los humanos se acelera. Ya no podemos despertar cuando nuestros años mas fuertes y creativos han pasado, cada vez más jóvenes son las personas que sienten vivir en otro tipo de sensibilidad, en otro tipo de trato unos con otros, con la naturaleza.
La fuerza de las mujeres está abriendo el camino por superar la dureza de las estructuras y las caretas en pos de la libertad. Evolucionar para resistir el veneno de la muerte es vivir en libertad, declararse un ser completo y profundamente libre ante este sistema que nos quiere siempre incompletos y débiles. Despertar no es ver luces de colores e irse a vivir a la montaña, despertar es vivir esta vida con intensidad y entrega, reconociendo en el otro a un ser valioso, en la naturaleza, a la fuente de la que venimos y la que todo nos da. Despertar es dejar a la vida ser en uno, dejar que crezca un monte en las plazas pavimentadas de la mente, dejar que crezcan flores en los campos de soja fumigados de nuestro corazón.
Los tiempos se aceleran, la muerte avanza sobre el agua, la tierra y el aire. Es así que el proceso de despertar de los humanos se acelera. Ya no podemos despertar cuando nuestros años mas fuertes y creativos han pasado, cada vez más jóvenes son las personas que sienten vivir en otro tipo de sensibilidad, en otro tipo de trato unos con otros, con la naturaleza.
La fuerza de las mujeres está abriendo el camino por superar la dureza de las estructuras y las caretas en pos de la libertad. Evolucionar para resistir el veneno de la muerte es vivir en libertad, declararse un ser completo y profundamente libre ante este sistema que nos quiere siempre incompletos y débiles. Despertar no es ver luces de colores e irse a vivir a la montaña, despertar es vivir esta vida con intensidad y entrega, reconociendo en el otro a un ser valioso, en la naturaleza, a la fuente de la que venimos y la que todo nos da. Despertar es dejar a la vida ser en uno, dejar que crezca un monte en las plazas pavimentadas de la mente, dejar que crezcan flores en los campos de soja fumigados de nuestro corazón.
Autor: Pablo Mas
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