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Sálvate de las preocupaciones obsesivas

Las preocupaciones se han convertido en un pasatiempo mundial. Ya sea que estemos preocupado por pagar un préstamo, tener estabilidad laboral en una economía inestable o asegurarnos de que nuestro hijo se desarrolle adecuadamente y que esta pandemia no afecte de más, si esto es así, no hay nada inusual en ti.

Especialmente para aquellos de nosotros interesados ​​en el bienestar, puede ser agotador repetir la importancia de «dejarnos llevar» y «relajarnos». Si bien este consejo es correcto, también hay una buena razón para sentirte inclinado a resistirlo. ¿La simple razón? Biología: todos nuestros cerebros están conectados para preocuparse.

Básicamente, los mismos circuitos cerebrales que contribuyen a la superinteligencia humana en nuestros lóbulos frontales (que permiten la toma de decisiones, la resolución de problemas y la planificación) también generan preocupación. Para su cerebro, la única diferencia entre la preocupación y la planificación es la cantidad de participación emocional y el procesamiento autodirigido en una parte específica del cerebro. Por supuesto, todos sabemos que las preocupaciones tienen más emociones negativas.

Pero la prioridad número uno de su cerebro es mantenernos vivos, y ha evolucionado para hacerlo muy bien. A veces, la preocupación es la respuesta del cuerpo al peligro, un mecanismo evolutivo para mantenerlo vivo.

Pero puede tomar medidas concretas para salir de la trampa de la preocupación. Tienes que aprender a calmar y guiar tu cerebro pensante para deshacerte de este circuito del miedo. Estas son algunas formas de comenzar:

Índice de contenido:

1. Cultiva una mayor conciencia sobre tus emociones.

El primer paso para disminuir la preocupación es reconocer cuándo está haciendo esto. Toma conciencia de tu estado emocional. En el estudio Poner sentimientos en palabras, cuando los participantes simplemente etiquetaron una emoción, sus cerebros se calmaron.


2. Respira profundamente.

Respirar lenta y profundamente por la nariz hacia el diafragma con exhalaciones lentas calma el sistema nervioso y reduce la respuesta de su cuerpo al estrés. Este consejo no es el más original, pero eso no quiere decir que no sea efectivo. Piénselo de esta manera: si su respiración y frecuencia cardíaca se aceleran naturalmente cuando está bajo estrés, puede elegir cambiar su respuesta respirando lentamente. Esto enviará a tu cuerpo el mensaje «Estoy relajado» y, como resultado, estarás más relajado. Es como magia, con ciencia.


3. No mires atrás ni adelante.

Cuando encuentre que su mente va a la deriva en el pasado o en el futuro, regrese al momento presente, aquí y ahora. Una práctica de pensamiento positivo. Ahora mismo estás bien. Tus pensamientos están creando tu sensación de peligro. Devolver tu conciencia al ahora calma la temible amígdala en tu cerebro y activa tus circuitos neuronales de pensamiento. Los estudios demuestran que con la repetición, la práctica del pensamiento positivo puede conducir, a largo plazo, a reducir la ansiedad y la preocupación duradera.


4. Presta atención solo a lo que puedes controlar.

Tu cerebro anhela el control y se siente más feliz cuando se siente más en control, incluso si es solo una ilusión. Sentirse en control puede reducir la ansiedad, la preocupación e incluso el dolor. Así que evita imaginar los peores escenarios y presta más atención a lo que tienes bajo tu control, esto modula la actividad cerebral para reducir la ansiedad.


5. Toma una decisión, incluso si no quieres.

Tomar una decisión simple sobre lo que le preocupa, invoca su cerebro pensante, aumenta los niveles de dopamina y cambia el enfoque de percepción de su cerebro hacia las cosas que más importan. Tomar una decisión, cualquier decisión, también eleva su control percibido y le da a su confianza y humor un impulso que lo ayuda a tomar medidas positivas.


6. Concéntrate en «lo suficiente».

Las preocupaciones a menudo son provocadas por expectativas poco realistas o perfeccionistas de usted o de los demás. No trate de ser el padre perfecto, simplemente sea un buen padre. Su hijo no necesita ir a la mejor universidad del mundo. Solo necesita ir a la universidad. No tienes que ser modelo. Solo quieres estar sano.

El problema de la preocupación surge cuando los circuitos de ansiedad de nuestro cerebro se activan con demasiada frecuencia y permanecen atascados en la posición «Encendido» continuamente, lo que desencadena una reacción de miedo en el cuerpo. Esto luego activa la respuesta al estrés, lo que provoca un desastre miserable. Entonces, en lugar de estresarse más con preocupación tras preocupación, piensa en la «preocupación» como si tu cerebro simplemente estuviera haciendo su trabajo. No querrás que se entusiasme demasiado. 🙂

Fuente: Mind Body Green

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